domingo, 29 de junio de 2008

Contexto Histórico


Clara Campoamor paso la mayor parte de su vida en España formando parte de la Comisión Constitucional, de 21 diputados, y peleó eficazmente por establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad legal de los hijos habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal. Todo lo consiguió menos el voto, que tuvo que debatirse en el Parlamento. Funda y preside la Agrupación Unión Republicana Femenina. Todo transcurre en los años en torno a la I Guerra Mundial, precisamente cuando la batalla sufragista estaba llegando a su fin en otros países, no cabe hablar con prioridad de organizaciones feministas en España: cuando al fin surgieron fueron además mucho más bajas, en cuanto a combatividad y afiliación, que las de sus modelos foráneos. Circunstancias de todo orden abonaron estas peculiaridades del feminismo español. De una parte, el retraso en la industrialización que anclaba a la sociedad española en una economía fundamentalmente agraria y tradicional, ajena por completo a las necesidades de mejor educación y capacitación profesional para las mujeres que exigía el capitalismo.
De otra, el difícil proceso de implantación entre los españoles de las doctrinas liberales, anatematizadas por el conservadurismo católico ultramontano y las fuerzas absolutistas que en él se fundamentaban. Además las tensiones políticas y sociales en España impidieron que las feministas de diferentes opiniones políticas pudieran encontrar ciertas bases comunes y despojaran a su campaña de todo sectarismo político.
De hecho, el feminismo español nunca gozó de un desarrollo libre e independiente; fue arrastrado, quizá inevitablemente, al conflicto más general entre la izquierda y la derecha. Su retraso y escasa combatividad se debe en parte al hecho de que la derecha apreciara más plenamente que la izquierda tanto el peligro que podría representar para la causa de una España católica y tradicional, si se le permitía desarrollarse libremente, como su posible utilidad si se explotaba debidamente. Los conservadores, al lograr hacerse con el feminismo, lo volvieron inocuo.

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